Epifanía Degradada en Sopores Ascendentes

Vuelven lucidez indoloras que causan enojos de un anoche,

como el exhalo de un cielo abolido en su desolación;

¡Créenlo así!

Mucha belleza no se calma de implorar la hermosura por demasía,

pero es sustentable consumirse en esta imaginación,

porque es suficiente dilatar esta contemplación

como si fuera el génesis de una cristalina benevolencia.


¿Pero como se puede evocar

lo insufrible de esta ignavia tan inerte,

no es acaso que los diafragmas de mi cuerpo

son tan estáticos como el silencio perecido

de un “Ahora” diezmado?


Vean aquí…en lo más allá de esta acomplejada realidad,

¿Puede esta matriz palpitante

decirme el modo u forma de acapullar este instante

en una nada?


(Si existiera la nada, ¿Dónde respiraría interrogante?)


¡Díganme tan siquiera una sensibilidad más augusta

que cualquier sentimiento procreado!

Es imposible dormir esta alma semiconsciente,

es algo tan rechazado como el fulgor deslumbrante

de una consciencia transfigurable.

Al menos la pureza de este vislumbre

puede asumir un enigma más voluptuoso

de esta inacabada sabiduría.


Meditación impregnada en susurros catalépticos;

Vértigo discontinuo de una inhalación resurrecta.


Elevación retoñada de una antigua consecuencia,

fija como el alba que recrea una repetida sensación infrahumana,

sutil como la parábola de un ente coronado;

Nunca es suficiente consagrarse de esta tranquilidad,

pero tampoco es necesario sacrificar esta ascendencia soñada

en un eterno sopor de arrepentimiento sucesivo.


¡En este instante…este sendero es más etéreo, que un final no tiene sentido!

Carestía Clitorial

En vano surto el sabor de tus dichosos labios,

que digiere el deseo a una carnívora escasez.

En el aleteo de una mariposa estéril,

se esparce la pasión de una frívola fecundidad.


Devorada en placer, gimes por un deleite.


Las princesas se apuñalan la virgo de su castidad,

esperando por la llave de una perversa deidad.

Se disipa el aroma de una loba preñada,

en la intemperie fatigosa de una doncella fornicada.


Devorada en miedo, pides una impureza.


Nereidas afligidas, desnudan su escamas.

Lluvias perfumadas, precipitan por delirio.

Ahogadas en llantos, las sirenas se quejan;

Cuando Tiamat emana la esperma afable.


Devorada por hambruna, la semilla germina.

Un Susurro a una Luz Latiente

A Yukiko Miyazawa


Pureza inmaculada que trasciende en una mirada

hermosura constelada dibujada en contemplación,

esencia florecida que despierta las mañanas

ternura esparcida que revive un alma.


¿Le podemos decir a la luz

que nos acompañe a nuestro ocaso?


Ya mañana, serás un destello de vida

Dulce Exhalo con Lujuria Embriagada

Las luces palpitan en millares de estrellas

placentez ilícita revuelto en danza alusiva

destellos y caricias

sonrisas e insinuaciones

¿Cuántas Venus se colgaron de su brillo?


Mi copa no esta fría, pero un beso cae en mi ardor.


Compartamos nuestras lenguas con la esencia de la noche:

Mitigando brumas de amaneceres

Explorando sudores perfumados en caricias

Sintiendo soledad en una multitud profana


Sentémonos en un diván,

Pues la luna quiere participar

(Me carga en su pecho: Amamantando)

Mientas los sueños se vuelven mujeres y licor,

ella da un zarpazo

a tu cuerpo de afrodita elegante.


Pues…

en otro recodo silencioso

los amantes se tiñen de vino y piel.

Eterna Carnada Amorosa


Para Inelsa

Preferiría darte un beso salitre

antes de que me pongas un coral de ensueño;

Con la divina exactitud de un sirena

vuelves con mi atardecer enjaulado en una perla

¿Por donde cabra mi estrellas en tu mar?

¡Será posible que aplaques mi serenidad!

(Un pescador osó en capturar tu encanto)

Deja tu estela de jazmín afrodisíaca

he ostentado vuestro frutos sabrosos…

Llenando mi paladar con las aletas de tus pies.

Desmenuzando las escamas que adorna tu cintura.

Lamiendo la carne destapada de tu concha.

Súbitamente hemos sido embriagados en las olas

hermoso cardume de un fulguroso encuentro

bendición amada invocada en un farolito.

En crestas abrumadas conoces un amor fondeado

haciendo velas que atrapan los soplos de mis madrigales.

¡Oh sublime [in]sensatez!:

¿Me llevaras en afable reposo antes la calida palpitación

de su hermosura naufragada?

(Con solo contemplar la luna, veo a Dios pescando mis musas)

Solo así…

Dejare mi anzuelo en tu lecho

para que seas: Mi eterna carnada amorosa.

Epidermis (Dueto con Yukiko Miyazawa)


Nacer… poco a poco irse consumiendo,

Aquella dermis que nos acompaña,

Quizás sea que con el tiempo,

Al pasar de los años, ¿es la que se arruga, y envejece?,

Acaso será, que es donde nos laceran los engaños,

Y … ¿ la que drena pus y sangre cuando nos lastiman?

¿La que protege nuestra vulnerabilidad de la selva de asfalto?.

Tal vez viviría en un cielo de flagelos

O en la esquina de un templo sobre-arreglado

(Quizás Dios conoce bien mis planes, puesto que se ríe mucho)

Cada ser es un universo, pero debo ser como el universo

El cual mucho de ellos no son capaces de hacer brillar por si

Aun así, dejaría mi vieja concha de desilusiones

Para poder abrumar un nuevo ser en mi espíritu.

Sembrando Atardeceres en tu Plegaria


Desmiénteme si una vez ose en figurar mi prepotencia,

(No sabes aun) que tanto me costo compartir mi costilla

Por la benevolencia de tu amor (Aquel donde solías

impregnar tu mentira en la flor de mi médula).

Extrañarte: Fue mi caldo amargo y pasivo

¡Es una cofradía de anatemas celestiales!

Pero por más sentido le doy a este enigma testarudo,

no hallo modo (Ni suspiro)

en apartarte de mi secretos y compasiones.


Aun en esta vida, nada es tan desolado…

Mucho menos equivocado.

Solo estas en mí: Esbelta y Sentida.

¿Dime si podrás besar este flagelo

Tan herido en nostalgia?

Heme aquí, mirándote en mi ventana:

Desvanecida, pero presente en mi ternura.


Solo avísame cuando el viento te lleve a mi regazo

y estaré allí con los atardeceres de tu fraternal caricia.