Plaisir de Pluie Devant Ma Petite Fenêtre



Dans le revêtement muet dehors la face déchiré de mon foyer
plusieurs gouttes d'eau, nettoient la laideur de mes après-midis
Elles chutent à la vitesse d'un oiseau qui descend
pour sentir le soulagement frivole du crépuscule.

Qui peuvent décrire toute la beauté d'un simple orage,
ou au moins, s'imaginer l'aimer comme une jolie fille ?

Si je suis un Arbre, la soif peut me la faire désirer toujours.

Mais la graine d'un être fait chair a l'avidité de semer sa luxure,
peut-elle, la nature, lui refuser ce droit à la humidité
d'une pluie calme et sereine ?
Quelquefois...Elle me baise mes pauvres et douces lèvres.

Tu me manques ma pluie !
¿Combien de fois m'avez-vous touché?
Il y a quelque façon pour laisser boire le café par ton eau
ou laisser respirer la fumée de mes cigarettes par ton air frais ?

Ma fenêtre a ton souffle, mais je peux te regarder et rêver
comme une femme faite chair, peau, odeur et sueur.


Jacinto para Mi Gitana



Para Gisela

Es evidente que vuestro corazón emana una brasa de incienso
dado tu mirada aviva la fogata en tu sortilegio de gitana,
en la gracia de suspirar la mirra de tu sueños de ocaso
tu alma como aurora, resplandece en el vicio de la natura.

Vida en que los eones han tallado vuestra dicha y belleza,
aun cuando tus pensares hacen vigilia por el infortunio de tu murria
donde esperas cruzar ese umbral a un paraíso fausto
como muestra artífice de tu magia benevolente.

Con tu té de jacinto, la divina locura es una bruma de alegría
o como el dulce sueño de Baco, recogiendo su obra en el viñedo.
En tu hermosura helénica, el oro es mi única ofrenda a tu musa
aunque mis palabras osen retratarte en un lienzo de zafiro.

En las especias de tu caldero, anhelas quemar tu soledad taciturna
y la desnudez de la luna es el afable sudor de tu culto.
Con el oráculo de vuestro nombre consagrado en velo
la mujer misma es un origen inexplicable de carne y hueso.

Mientras tu andar deja su hojarasca en el plenilunio
has impregnado mi esencia con el viento de tu caricia,
marcando el sendero en vuestra próxima estación de vida.

Oficina



Era imprescindible atizar las palabras que llevaban tu nombre,
si de algún modo hubieras dibujado mis anhelos y apostasías
con una rosa naranja bañada en tu constelación.
Tus anteojos pueden leer los diagramas de mi esencia
aunque ya tenias un bosquejo de futuros pendientes...
Por algo anotas cuidadosamente las huellas que dejan mi locura,
fuese que sonriese al percibir tu atención de virgen maléfica.
No sé...Quizás entretejo la aureola de tu bondad con seda
para crearte un velo que oculta lo caro de vuestra pureza.
Un babel de conocimientos hacen tu castillo de lenguas
mientras amontonas los párrafos de tu jauría inédita,
en la manera que dejo mi corazón hecho tinta
donde puedas transcribir el semanario de tus deseos.
En la ventana de tu oficina, los lirios se sirven un café de brío
aunque a lo lejos de las calles inundadas de santos [in]diferentes
nos causa gracia ver el crepúsculo ducharse entre la ciudadela,
así puedes terminar ese itinerario hecha en tu mecanografiada mente
mientras aplazas las citas para los próximos cuentos prohibidos
y apagando las lamparas edénicas de tu ritual de suspiros.
Por ende, debo admitir cuanta belleza embelesada
has causado a través del martirio dificultoso de tus movimientos.
Con portafolio y abrigo en mano, podemos escaparnos de las formalidades
¿Si tu lo deseas? - Busquemos la tranquilidad madura de la salida
para vernos otra vez mañana...y siempre.

P.D



Es feo cuando el olvido pone un píe en tu umbral
dado que las mañanas se desaparecen
con el segundo repique de las nueve y un cuarto de diez;
por eso, escabullirme en pleno suspiro de tu sopor
me resulto más bien regresar en la entrada
de un laberinto de consecuencias.
Quizás pensarás que tus alas no fueron suficiente cobijo
para ahuyentar las dádivas de un rompecabezas laboral
(Eso que anoche fuiste mi cena de habladurías);
no obstante...las ventanas de tu alma suelen estar cerradas
para evitar que entren bichos con portafolios,
y el sol esta demasiado bronceado como para despertarte;
por eso dejé en tu lecho un tulipán que se desnuda junto con mi nota
hecha de recortes de revistas, diciendo:

“En tu oficina, en plenilunio de seis...(lleva chocolate y falda corta)”