Tímida para Tener un Jarrón de Mariposas



¡Cómo opacar la deslumbrante timidez
de vuestra perlas constrictas: el fulgor centelleante!;
supongo brevemente
si las mariposas han carcomido tu vientre
para incomodar la razón entredicha
del porqué tu orquídea madurada
inundan fervientemente el oráculo de tus pies.


Pocas veces ofrecí mi opio en tu cuello,
deliraste sobre callejuelas vitralizadas
y asientos solitarios, ofensa a tus cultos ojos.
Tu cuerpo enmuda perplejo
con tantas invitaciones indecorosas e atrevidas.
...¿Y sueñas apenada desenvainarme?
Habrá de probar con destapar ese jarrón de mariposas
y saciar los capullos contraidos por su lumbre,
así vemos si osais atraparlas
con estela carnivora:
dispuesta y tuya.