Belleza sin Forma Concebida


Algo tan muerta se figura en lo lucido,
sofocando la murria de un capullo adornado.
Un alba se ahorca en la templeza del ocaso,
donde los olmos se abrazan en su claustro.
Lilas de cristal abruman su aurora,
como una corona de tragedia de estos ojos.
Riachuelo de lágrimas buscan su cauce,
corriendo hacia el olvido de un mar silencioso.
Todo es hermoso sin importar lo horrible,
complejidad absoluta que extingue lo infinito,
procreación de la existencia indefinible.
La belleza es carente de forma,
invisible e visible en la omnisciencia.
Somos parte de ella,
como el embrión en un vientre fecundado.

En las Persianas


Por mucho que el imponente sol hace su camino en mi ventana
tiendo a imaginar cuan desolado y mudo resulta la naturaleza de mi refugio,
suelo toser agriamente aquella vicisitud de la misantropía
como ese viejo petardo de nicotina que dibuja angustia en su cenizas
ni siquiera puedo consolarme de la filosofía:
Es solo un mausoleo para velar frutos podridos;
Aunque sin querer dejo que mi malicia halé los hilos de mi destino
(ó desgracia), pero me es fácil cortar el lazo de mis venas
cuando la divinidad me rechaza con [pre]juicio.
El trinar de los pájaros suele desvelarme de esa fiera quimérica
a veces quiero olvidar la mancha que remuerde mi existencia,
en las persianas miro la vida, hermosura [in]fortunada,
en la sencillez de lo [in]posible; Si ella (no) me quiere,
entonces sumiré la [in]conciencia en el embriagado estupor de la duda.
Aun así, la inmensidad del cielo me recueda a ese océano durmiente
mientras admiro como las nubes forman montañas y dioses,
pero no puedo soñar con la ansiedad formando un nudo en mi cuello,
solo es la punzante fatiga donde la divina locura es herida sin querer.
En consiguiente, debo caminar en esa redención,
con las plantas de los pies ampollandose en la atizante purificación del concreto
replanteándome preguntas, hechos, faltas, aciertos, engaños, tonterías, cinismos, humildad, malicias,
respuestas sin fin de etcéteras...
Pero he corrido las persianas para contemplar mejor aun
quien soy realmente...

Dobleces


Fuera [in]suficiente derogar la inquietud con el miedo
mientras el exhalo de un dragón vagabundo solo atice
la gloria del sueño en el bostezo de la resurrección,
y aun con las bóvedas astrales
quebrándose en el aroma del alba,
siento en la antigüedad de mis huesos
esa fatiga: monótona, hastiada y enterrada.
Puede ser que la humilde muerte esté más viva que nunca
en una inteligencia muda ó en esa salvaje bestia (mal) llamada amor;
Es suponer si la paz ofrece su servicio ante mi, como una dulce meretriz
en el gozo inequívoco de un parloteo martirizado.
Aunque sea poco pedir,
estimo mis suposiciones en una lumbre casi diluida y contrastada
entre-viendo esa ordalía en la lupa del prejuicio,
pero ya mis ideas volaron como enjambre hambriento
hacia una planicie embellecida por el coito de las llamas.
No obstante, suelo meditar esas dudas oníricas
en la tranquilidad catatónica de esta serenidad,
pero a veces mi propia y delicada sombra
tiende a doblar mi destino en un cisne de origami
solo para hacerme navegar en un riachuelo resbaloso
mientras mi frágil alma se diluye en papel.