Vendedor de Perla Recita su Servicio


Ya las sombras no tienen lugar para disfrutar
el néctar de la concha corrompida
(Algo que la luna tiende a veces
a volver su cachos contra el sol).
Las aguas se braman en la sazón
de una joya amorfada,
por el cual un arte tan refinado
(a veces) pone de manifiesto
la risa de los moluscos fosilizados.

Por lo tanto,
el hombre como la mujer
no dejan secreto alguno
para librar la osadía de embriagar
la mar con su fruto de concepción.

En otro caso, se puede quitar
un solo grano de océano,
por poner la diferencia entre una perla
y los ojos de la vida.

Sicodelia



Para cuando sea media noche,
ya estare pendiente
por donde pasara mi sombra
y mis anhelos de pureza bohemia
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Emanando el Alpiste del Macho Cabrio



Se nutre las vacuidades en formas alegóricas
por donde la más esquiva malicia se desata
en una benévola adoración…
crece y crece
como el yugo de un buey sacrificado
por tanto la fertilidad y la consagración
se dispone a mirar en los ojos de la verdad.
¡Mira bien este fervor desatado!
El racimo de tu cosecha
Se dispersa como las olas ensangrentadas en parto
Austero porvenir de naturaleza incauta;
...¡Hazme sentir el sortilégio del animal bendito!
Placer de una bruma idílica.
Conmemoración de tu designio salvaje.
(A lo largo reposan las ataduras de tu juramento)
A tu figura amablemente repudiada (o en sentido inverso),
evocamos la frágil virginidad petrificada
Para un designio de preservada satisfacción,
En carne devorada,
En esperma sembrada;
Quien quiera que seas…
subyaces la interminable consagración
para quienes no postran clemencia
ante tu engendrada divinidad.
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Desgarrando su Velo, por dejar un Amanecer

Abrazo tu esencia con la canción de un olvido

desmintiendo la cobardía con el corazón helado;

Ni siquiera la lluvia puede llorarme más

y tampoco deseo llorar,

porque el silencio

fue demasiado para desfallecer.


Sin embargo,

lo que queda en mí ser

es apenas un nubarrón,

ocultado por un sol.


Pero apenas fuiste un desvanecer silente,

una caricia invisible a lo lejos de mi mente,

un aura ennegrecida por la promesa de una harpía;

Ya eres un olvido entre un mar de hermosura

y quizás te hundiste: Creyendo volar un vacío.


Un crepúsculo es inminente en mi destino

aunque la brisa de un mañana

me susurre con su voz de ternura.