P.D



Es feo cuando el olvido pone un píe en tu umbral
dado que las mañanas se desaparecen
con el segundo repique de las nueve y un cuarto de diez;
por eso, escabullirme en pleno suspiro de tu sopor
me resulto más bien regresar en la entrada
de un laberinto de consecuencias.
Quizás pensarás que tus alas no fueron suficiente cobijo
para ahuyentar las dádivas de un rompecabezas laboral
(Eso que anoche fuiste mi cena de habladurías);
no obstante...las ventanas de tu alma suelen estar cerradas
para evitar que entren bichos con portafolios,
y el sol esta demasiado bronceado como para despertarte;
por eso dejé en tu lecho un tulipán que se desnuda junto con mi nota
hecha de recortes de revistas, diciendo:

“En tu oficina, en plenilunio de seis...(lleva chocolate y falda corta)”