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Oficina



Era imprescindible atizar las palabras que llevaban tu nombre,
si de algún modo hubieras dibujado mis anhelos y apostasías
con una rosa naranja bañada en tu constelación.
Tus anteojos pueden leer los diagramas de mi esencia
aunque ya tenias un bosquejo de futuros pendientes...
Por algo anotas cuidadosamente las huellas que dejan mi locura,
fuese que sonriese al percibir tu atención de virgen maléfica.
No sé...Quizás entretejo la aureola de tu bondad con seda
para crearte un velo que oculta lo caro de vuestra pureza.
Un babel de conocimientos hacen tu castillo de lenguas
mientras amontonas los párrafos de tu jauría inédita,
en la manera que dejo mi corazón hecho tinta
donde puedas transcribir el semanario de tus deseos.
En la ventana de tu oficina, los lirios se sirven un café de brío
aunque a lo lejos de las calles inundadas de santos [in]diferentes
nos causa gracia ver el crepúsculo ducharse entre la ciudadela,
así puedes terminar ese itinerario hecha en tu mecanografiada mente
mientras aplazas las citas para los próximos cuentos prohibidos
y apagando las lamparas edénicas de tu ritual de suspiros.
Por ende, debo admitir cuanta belleza embelesada
has causado a través del martirio dificultoso de tus movimientos.
Con portafolio y abrigo en mano, podemos escaparnos de las formalidades
¿Si tu lo deseas? - Busquemos la tranquilidad madura de la salida
para vernos otra vez mañana...y siempre.

Solo un Comentario Maligno para Verte Perfecta



Conoces claramente
porque el crepúsculo se sintió incomodo,
fue por dejar caer tus fachadas de anocheceres
en un callejón de primavera venenosa;
Al menos llevo cuentas de como hablas,
sonríes,
amas sin pensar…
Es tu suave proporción
(en como excitas al cielo)
afinándose en velos de escarlata avergonzada,
aunque dada vuestra necesidad,
siento esa preocupada confusión que se emana
en tu carísima preciosidad llamada flor;
si de algún modo pudieras cortarles las cabezas
a tantas rosas dentadas como sea posible (incluso besar)
no cambiaría el hecho de contemplar
¡qué bello es denotar la petrificada indolencia
en tu cuerpo entregado!;
Tan perfecta y pura: Para envidia y hambre…
He desgastados estos cuernos
por la reverencia sostenida de un sombrero,
al menos puedo enmendar mis deseos
a verte caminar entre siluetas de murmullos
y agitadas concurrencia,
solo así espero tu señal
para entrar por la puerta abierta,
donde estas sentada cómodamente
para recibir
lo que tanto quieres…